El regulador de presión es un dispositivo neumático diseñado para ajustar y mantener constante la presión del aire comprimido que fluye hacia un sistema o componente, sin importar las variaciones de presión en la línea de entrada. Está compuesto por un cuerpo metálico o plástico, una perilla de ajuste, un manómetro y válvulas internas de control.
Para que sirve:
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Estabilizar la presión del aire a un nivel seguro y óptimo.
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Proteger componentes neumáticos como cilindros, válvulas o herramientas.
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Mejorar el rendimiento de los equipos neumáticos al asegurar que reciban la presión adecuada.
Como funciona:
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Entrada de aire comprimido: El aire a alta presión entra al regulador.
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Ajuste manual: El operador gira la perilla para seleccionar la presión deseada.
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Válvula interna de control: Una membrana o resorte interno regula la apertura del paso de aire según la presión configurada.
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Salida a presión constante: El aire sale a una presión estable, incluso si la presión de entrada varía.
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Manómetro: Muestra visualmente la presión de salida para monitoreo constante.
Aplicaciones comunes:
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Sistemas de automatización neumática.
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Herramientas neumáticas (pistolas, taladros, etc.).
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Cilindros y actuadores neumáticos.
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Equipos industriales que requieren presión controlada.
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